La palabra hacker tiene una de las que mÔs diversas interpretaciones en el Ômbito tecnológico-social. Miremos una arista mÔs, la del hacker legendario que es Kevin Mitnick, quien habla de sus motivaciones:
“Mi motivación para hackear
fue siempre el reto intelectual, la seducción de la aventura y, lo mÔs
importante, la bĆŗsqueda del conocimiento […] Yo simplemente querĆa
aprenderlo todo.
Desde mi punto de vista, pequeƱo si lo quieren ver asĆ, esas palabras encierran la definición del verdadero hacker.
Nada tienen que ver con conocer las combinaciones de todos los
comandos Unix, ni la programación de un módulo especializado del kernel
Linux, por supuesto, tampoco el diseƱo del virus informƔtico mƔs
esquivo y contagioso; vamos, que ser hacker va mƔs allƔ de ser
criptógrafo, doctor en ciencias, niño genio, o estereotipo vivo de ropa
negra, ojeras, anti social que consigue un Access Granted cada vez que le viene en gana. El hacking es actitud.
En ese sentido, creo que Leonardo da Vinci
tenĆa las mismas motivaciones: aprenderlo todo. Su trabajo refleja
genialidad artĆstica e ingenieril, una voluntad inquebrantable para
conseguir la perfección al tiempo que satisfacĆa una
curiosidad incomparable. Ćsta fue su lucha diaria; su aliciente para
existir. Es mƔs, si hay que nombrar un hacker mƔximo, me parece que ese
debe ser da Vinci.”
Unas reflexiones que nos deja el famoso hacker:
Buscar el reto intelectual
Dejarse seducir por la experimentación, como si de una aventura se tratara
Disfrutar de equivocarse y volver a empezar
Buscar el conocimiento, el placentero y socrƔtico acto de querer aprenderlo todo aceptando que no se sabe nada